Todos nos hemos encontrado, en este tránsito que es nuestra existencia, con personas que podríamos denominar sabiondas. El perfil de estos personajes -porque no dejan de ser una máscara de sí mismos- se ajusta a un narcisismo que opera como mecanismo de defensa, ante la auténtica autopercepción del sí mismo que no es otra que la infravaloración, el sentimiento de inferioridad, entre otros factores.
L@s sabiondos son personas que parecen situarse por encima del bien y del mal, en una atalaya desde la cual miran con desdén el sufrimiento ajeno con la convicción de que no saben vivir. Se escuchan a sí mismo, siempre ante la presencia de otros, instruyendo sobre cómo se debe reaccionar ante una pérdida, una separación, situaciones externas adversas, hasta el extremo de que parece que lo hayan vivido todo, experimentado todo y que con esa endiosada perspectiva se siente capaz de aconsejar cuál es la única reacción-acción adecuada.
Es decir, en última instancia se erigen como jueces morales -inclusive- de la torpeza ajena, con una medio sonrisa irónica. Si mientras estás o has caído, por circunstancias no deseadas, en lo que el sujeto narcisista asume como su círculo de discípulos, las vísceras empiezan a revolotear por tu interior, es mejor que, bajo la excusa de padecer síntomas de covid19, huyas antes de que tu reacción impulsiva y agresiva sirva para que el mesías te utilice como un ejemplo de la mala digestión de los avatares de la vida.
Cómo se puede creer y decir ¿Cuál debe ser la reacción de una mujer violada? ¿De unos padres que no llegan a final de mes y sufren por no poder casi ni alimentar a sus hijos? ¿De aquel que agoniza por una pérdida irreparable? ¿De los que han tenido una existencia que no se la desearían ni al peor de sus enemigos? ¿De los que están solos, no solo se sienten solos?
Ese instante en el que identificas a un sabiond@ puede generarte dos reacciones básicas: o darle una pócima para que experimente, conscientemente en algún grado, una mínima parte del dolor del que habla porque tiene boca y una necesidad de notoriedad que no le deja desprenderé de su máscara, o desearle que la existencia le muestre su cara más cruel. La primera es, en realidad, una acción; la segunda, una reacción. Pero, inducidas por la rabia que despierta en nosotros esa representación reiterada de más de lo mismo.
Por ello, lo más hábil y eficaz es intentar revelar su impostura para que se vayan disolviendo los sufrientes que buscan consejo y apoyo. Sobre todo, para que estos lo busquen en amigos, familia, o si es el caso en un profesional de la salud mental -a los que por cierto estos sabiond@s acostumbran a menospreciar aduciendo que la gente es floja, y que estos se embolsan la debilidad ajena en forma de dinero-.
Lo expresado aquí, manifiesta la identificación de esta tipología de personas, pero ni agota sus formas de manifestación y las causas que inconscientemente los llevan a parecer lo que no son. Simplemente es una alerta: si alguien en su monólogo supuestamente dirigido a nosotros nos hace sentir incapaces y débiles, la única salida inteligente es salir corriendo porque nada bueno vamos a recibir de este tipo de personas.
FUENTE DE LA IMAGEN: https://bachillersasoncarrasco.wordpress.com/2020/01/25/el-vicio-de-la-arrogancia/
Très intéressante analyse Ana où pour ma part dans l’exemple du viol si ma position le condamne sans hésitation ,je ne peux juger la la réaction de la femme violée, incapable d’éprouver son ressenti qui demeure intimement personnel. Je ne m’associe pas pas à la mode actuelle qui conduit des femmes à porter plaintes contres des hommes pour des viols remontant à de longues années.
Je te souhaite une bonne journée et t’embrasse Ana.
Alain
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Gracias!!!! Buen día también!!!
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¡Ajá! ¿Conque intentando sabotear a los «influencers» del conocimiento? ¿ A los que dominan la exquisitez del lenguaje? ¿ A los dueños de la «VERDAD»? ¡Estos filósofos no conocen límites al atentar contra lo que «sí saben»! !Que no ven como algunos iluminados detentan el camino para mostrar a los naturales de estas tierras el camino a seguir! Muy mal…. Mi otro Yo sale en defensa de los sabiondos por sentir la filosófica pedrada….sorry
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