Para enriquecernos a todos siempre está el blog CALLE DEL ORCO
Mil preocupaciones le asaltaban al mismo tiempo, le obsesionaban y nunca le abandonaba esta desesperante idea: “Entre todas las expresiones, todas las formas, todos los giros, sólo hay una expresión, un giro y una forma que expresen lo que yo quiero decir.”
Y con la cara hinchada, el cuello congestionado, la frente enrojecida y los músculos tensos como un atleta en plena competición, luchaba desesperadamente contra la idea y contra la palabra, agarrándolas, acoplándolas a su pesar, manteniéndolas unidas indisolublemente con la fuerza de su voluntad, cercando al pensamiento, subyugándolo poco a poco con agotadores esfuerzos sobrehumanos, y encerrándolo, como a un animal cautivo, dentro de una forma sólida y precisa.
De esta formidable tarea provenía su extremado respeto por la literatura y por la frase. Una vez había construido una frase con tantos esfuerzos y tormentos, no admitía que se pudiese cambiar ni una sola palabra. Cuando leyó a…
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