ERNEST: Estoy completamente dispuesto a admitir que me he equivocado en lo que dije de los griegos. Éstos eran, como has señalado, una nación de críticos de arte. Lo reconozco y lo lamento un poco por ellos. Porque la facultad creadora es más elevada que la crítica. No puede establecerse, en realidad, un parangón entre ambas.
GILBERT: La antítesis entre ellas es enteramente arbitraria. Sin la facultad crítica no existe, en absoluto, creación artística digna de ese nombre. Hace poco hablaste de ese fino espíritu de elección y delicado instinto selectivo con el cual el artista realiza la vida para nosotros y le da una momentánea perfección. Pues bien: ese espíritu de opción, ese sutil tino de la omisión, es en realidad la facultad crítica en uno de sus modos más característicos, y quien no posee esa facultad crítica no puede crear arte. La definición de la literatura por Arnold…
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