Miguel Ríos no se quivocó un ápice cuando compuso y lanzó en el año 1981 esta premonitoria canción de lo que, en el imaginario colectivo, parecía la redención idílica del humano. Estrenaremos en unas horas el año 2023 y quizás el ácido Miguel se quedó escaso.
Este es el tiempo del cambio,
el futuro se puede tocar.
Nacen cronistas, brujos y santos
y alucinan con lo que vendrá.
Dicen que el fin del milenio
aumentará el mogollón.
Si no ponemos remedio hoy
tendremos hambre, palo y polución.
Esta es la era de Mister Chip,
micro ordenador de tu porvenir,
que por lo pronto te quita el curro
además de ser tu ficha sin fin.
Alguien dicta su sentencia
diciéndote que es por tu bien
y entre el consumo y la represión
la violencia nos agobiará.
Año dos mil,
llega el año dos mil
y el milenio traerá
un mundo feliz,
un lugar de terror,
simplemente no habrá
vida en el planeta,
vida en nuestra tierra.
Me hacen sentirme pequeño aquí,
impotente y sin salvación
y sé que pensar en un orden nuestro
es utópico y de ciencia ficción.
Pero hay que cambiar el sistema,
entramos en la cuenta atrás.
Si no ponemos remedio
el ser humano nunca vencerá
Teniendo en cuenta esta sórdida perspectiva, os dejo una canción que, sin dejar de ser crítica, tiene un tono utópico, ese que necesitamos consciente o inconscientemente todos para no caer en la desesperanza del abismo. Siempre me ha puesto el vello de punta.
¡Muy Feliz Año Nuevo!
Gracias querida Ana.
Un abrazo
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