Pensaba, mientras roía la zanahoria más dura de mi vida, ¿Qué pasaría si al tener hijos en lugar de arrastrarlos detrás de nosotros, nos adaptáramos a ellos? Es decir, abandonáramos nuestra vida de adultos y asumiéramos nuestra vida de padres, sometiéndonos al orden, las pautas, los hábitos, la repetición de estos o la monotonía que
“Los niños envueltos en sangre y rotos de dolor parecen ser el último baluarte de nuestra conciencia, después solo nos queda ser monstruos” se dice mirando el plasma desde su sofá. Lástima para tanto infante desmembrado que ya no le queda nada, tan solo cuando muera chivarse a Dios, como amenazó hace un tiempo aquel
Entendiendo que hoy es el día en que el programa de Salvados emitido ayer por la noche será analizado y descuartizado , ya que osó adentrarse en ese tema nada problemático que –al margen del título que llevara-se convirtió en una conversación profes-padres después de observar declaraciones de los hijos en el aula. Una escenificación
Si nos adhiriéramos a una negación sucesiva, estaríamos simultáneamente haciéndolo a una afirmación. Trampas de la lógica lingüística que deposita hiel en nuestros labios como artificio demoniaco. Manifestar “nunca”, no se transforma en “siempre” por cansina que sea su repetición. Atendamos al significado de los términos y no a su forma, porque distanciar aun más
La novela que nos ofrece Sara Mesa es una instantánea del rastro frecuente que nuestra época va acumulando como un poso espeso. Esa necesidad de huir del tedio y la desidia de una existencia sorda, adentrándose en las redes sociales, en el mundo virtual, “para vivir otras vida” en palabras de Sonia, la protagonista, que
Si un violador es perdonado al casarse con su víctima, la ley reza así: “Viólala legalmente lerdo, que la mujer es el objeto cuyo uso debe ser formalmente adecuado” En relación a la Ley aprobada recientemente en Turquía de abuso a menores.
El lenguaje frívolo, de tan voluble, no arrastra tras de sí lo que denota. Así, el tiempo, aun breve, evidencia su vacuidad y el viento expande el ropaje hasta desmembrarlo. Es el sino de las formas huecas.
El duelo, esa aflicción y sufrimiento que sustituye la pérdida, tiene su necesidad de ser y su tiempo. Quizás, cuando podamos nutrirnos de la vida y sentir que está presente ahí, la persona amada, dejaremos de hundirnos en la culpa para volver a vivir. Siempre estamos en deuda con los demás y ésta urde celadas
La teoría del conocimiento desde siempre ha buscado las condiciones de posibilidad y los límites, el encuadre en el que podía darse el conocimiento humano del mundo, en un sentido explicativo, comprensivo y predictivo. Sea cual fuera este ámbito definido, lo cierto es que el desarrollo tecnológico, fruto de entrada del desarrollo del científico, parece
La moral solo nos plantea disquisiciones en torno al referente de valores y normas que hemos asumido e interiorizado culturalmente. La ética es el desafío filosófico que cuestiona la validez del referente poniendo en crisis el fundamento mismo. Por eso, podemos entender que algunos digan que la ética no es la moral, sino la conciencia