Todo aquello que situamos en las redes de la intuición se nos ha resistido a la sensibilidad y la razón previamente. Habiendo recorrido ambas singladuras simultáneamente, se zanjó cualquier opción, porque solo restaba un ávido vacío o ese elevado acto de la intuición que anhela aprehender. Quizás, lo relevante no esté enjaulado en el espacio
Qué pelmazos somos. Regurgitamos cuatro ideas que vamos obsesivamente alternando, como si la mente no tuviera capacidad de digerir más. Será nuestra pobreza cultural –en parte sí- el carrusel monotemático en el que estamos inmersos, el sometimiento social que tan suavemente nos acalla, la fragilidad ante el dolor, el cansancio del esfuerzo. O simplemente plomazos.
Aquellos que reniegan de la educación practicada durante años sin ser capaces de identificar los irrenunciables que contenía y ven en la ”nueva educación” la fórmula mágica esperada, una de dos: o es que nunca han sido docentes y solo teorizan, o es que eran docentes indecentes.
La vida es como una gran mansión distribuida en múltiples salas, a las que hay que añadir recodos insospechados, y a las que no podemos atender simultáneamente. Vamos transitando de una a otra estancia con el pesar de que el grado de decepción y decaimiento aumentan por el camino y el tiempo. Esta percepción, que
Cuando un sistema sanitario cronifica a sus pacientes por su falta de recursos e inoperancia en su gestión, está llamado a una muerte súbita o un colapso que expulse enfermos sin excepción. Mientras en el parlamento, que ha perdido la etimología de su nombre, siguen recibiendo su estipendio por ser la negación de su cometido.
Mientras el deseo, la voluntad y en definitiva el yo se despliega sin oposición no hay alteridad ni conciencia de ella. Diríamos que no hay límites para la expansión del yo, que todo parece “ser yo”. Así, en el momento en que el deseo y la voluntad notan resistencia, reacción contra su extensión, el yo
Fernando Colina GENTE SIN RUMBO clicar para ver artículo https://masterpsicoterapiapsicoanaliticaucm.com/2015/12/09/fernando-colina-gente-sin-rumbo-2/
La filosofía es, por supuesto, inacabada. Así lo afirma desde una perspectiva, una fragmentación más, la filosofía del reconocimiento que la entiende como un dinamismo de reconocimiento dialéctico continuo. Marina Garcés dedica un libro[1] a consagrar su convicción de que hoy la filosofía no es un relato lineal ubicado perfectamente en la linealidad de la
Las sociedades que se hacen conscientes de los ejes que vertebran su funcionamiento se hallan en condiciones de modelarlos, matizarlos y reorientarlos. Actualmente, en un mundo apresurado, existen pensadores críticos cuyos diagnósticos nos proporcionan esta privilegiada visión. Por ello, nadie se extraña de discursos que califican nuestra sociedad de líquida, light, heredera de la postmodernidad,
Los ídolos, que han sido elevados por la Sociedad a tal pedestal, poseen una habilidad excelente en alguna actividad. Los que los idolatran totalizan esa capacidad a toda la persona convirtiéndolos en un modelo a seguir. Craso error, ya que ocultan aspectos -muchos de ellos- miserables que preferiríamos no descubrir. Más allá del fraude fiscal,