Resulta paradójico que alguien que ha dedicado más de la mitad de su vida, con profunda vocación, a la docencia y a la educación le empalague redactar un artículo sobre el comienzo del nuevo curso escolar. Quizás sea la desidia provocada por la impotencia del discurso proferido con insistencia en muchas ocasiones, junto a otros
Embriagados del transcurrir en sí, nos envuelve una turbia nebulosa que nos impide adquirir conciencia del acontecer. Quedamos sometidos a la ignorancia sobre el deterioro, la degeneración y el envejecer propios hasta que un gesto quebrado desparrama los años violentamente en el cuerpo. Entonces, la conciencia de la propia finitud, de la proximidad de la
La naturaleza del lenguaje es de aquellas cuestiones por las que merodean la ciencia, el arte, la literatura, la filosofía; como cuatro alumnas avezadas que no están dispuestas a ceder su lugar ni merito a ninguna que no le pertenezca. Las apreciaciones de cada una no tienen por qué excluirse, pueden convivir e incluso enriquecerse.
Recordar acontecimientos pasados, traerlos de nuevo al corazón para resentirlos y darles vida emocional, durante breves instantes, permite ir asumiendo la propia historia, comprender las razones propias y ajenas, además de integrar aquellos retazos de vida como eslabones que forjaron lo que somos. Los recuerdos, sean fidedignos o no, constituyen fragmentos de nuestra vida emocional
Hace días me topé con la contraportada de un pequeño ensayo –del que ya tenía noticia- que despertó mi curiosidad y, por qué no reconocerlo, fascinación. El fragmento rezaba así “La depresión, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, el trastorno límite de personalidad o el síndrome de desgaste ocupacional definen el panorama de
Cuando en el SV.a.c Sócrates expresó su temor, a través del mito egipcio de Toth, de las posibles consecuencias negativas que podría traer consigo la universalización de la escritura, estaba ejerciendo, una vez más, es papel de abogado del diablo que tanta impopularidad le reportó. Lo que temía no era tanto el declive de la
La Política se ocupa del poder, el cual está sometido a su vez a los poderes económicos que lo financian y apoyan para que posteriormente ese poder político gobierne según los intereses de quien lo mantiene a flote. Reconocido así, el circo de la democracia, nos permite oscilar de la pena a la risa, pero
Las promesas tienden a perder su cariz sagrado en sociedades como la nuestra donde nada es intocable, ni incuestionable. Es más diría que intentar rubricar una pacto como promesa no tiene hoy prácticamente credibilidad ni valor. Las garantías del cumplimiento de la palabra exigen otro tipo de condiciones. Sin embargo me temo que no haya
No hay confusión, detecto la determinación de cada cosa. Es estupor, tiznado de espasmos súbitos en los que la mente desdibuja y recupera ideas que no pueden venir de mí –como dijo el padre Descartes- Si no surgen de mí, ¿será que vienen de fuera estimuladas por ráfagas eléctricas de un mundo objetivo? Entonces, mi
Desde la perspectiva de las filosofías fragmentarias, como aquí las hemos denominado, merece especial atención la Filosofía de la proximidad desarrollada por J.M.Esquirol.[1] Según afirma, la resistencia íntima es una experiencia, opuesta a la monocromía ubicua del mundo tecnificado, donde el gesto y la cotidianidad son los que sostienen al individuo en su particularidad e