Los despedazados del mundo se muestran con una diversidad inabarcable. Su apariencia puede ser un indicio de su fatalidad o una evasión enmascarada, porque estar despedazado es carecer de la dignidad que uno mismo se otorga. Esta ausencia de amor propio se gesta a base de la indiferencia o el maltrato ajeno, por cuanto el
Etiqueta: Existencia versus soledad
La comunicación es un circuito labrado con esfuerzo que se espesa de polvo con premura. No tan solo se entumecen las palabras, sino que restan atoradas las intenciones. La falta de tránsito fluido obstruye el canal y, por ende, asola toda posibilidad de relación habida o por haber.
Un susurro suave fundido con la brisa, casi imperceptible, que parece repetir: “Nadie te va a oír” como si fuera un viejo oráculo maldito, ya satisfecho y en plena expansión. Un gesto elocuente y brusco que trunca la quietud y el mantra persecutorio. Busca desesperadamente voces diáfanas y reales con las que entrelazar su propia
Languidece el espíritu que no se halla en lugar alguno. Que confunde las formas cordiales de la educación con emociones significativas. Y cuando se apercibe del error, ese menguar le conduce a la disolución por la vergüenza que siente, el menosprecio de sí mismo. Es como un indigente ninguneado de afecto para el que no
Cuando el dolor azota a quien no dispone de resortes para afrontarlo provoca la aparición de defensas férreas que serán aplicadas a discreción, es decir sin criterio y siempre. Ejemplo de esto son las corazas tras las que muchos creen proteger su mundo emocional, aunque no se aperciben que a su vez lo asfixian, lo
Al sauce llorón, siempre coincidente, cuyas ramas son lágrimas propias y apropiadas, ante el que nadie se turba ni se cuestiona su llanto. Su naturaleza es ser exuberante en su forma de amplio llanto caído y marchitarse con las últimas lágrimas. ¿Quién pudiera llorar todo lo que debe ser llorado para ser definitivamente reparado? Devenir
La Libertad, como autonomía de la propia voluntad, exige una serie de condiciones para poder ser ejercida. De la misma manera que no puedo elegir donde, de hecho, no hay elección, tampoco puedo elegir donde mi voluntad se muestra vacía, se niega a sí misma, porque su falta de fortaleza no la mueve hacia objeto
Hay un espacio-tiempo en que se produce un fenómeno que nos parece impropio como seres dotados de palabra: el silencio. Reconocerlo como objeto de la experiencia sensible parece lo más adecuado, por cuanto esa ausencia de sonido se da delimitada en un espacio , no conocemos un silencio que se haya expandido por toda la
No hay confusión, detecto la determinación de cada cosa. Es estupor, tiznado de espasmos súbitos en los que la mente desdibuja y recupera ideas que no pueden venir de mí –como dijo el padre Descartes- Si no surgen de mí, ¿será que vienen de fuera estimuladas por ráfagas eléctricas de un mundo objetivo? Entonces, mi
Si casi se deja de existir, para los otros, entre indiferencias silenciosas, se es, por supuesto, pero no apáticamente, el mismo. Se sostiene la identidad que distingue de lo no-yo, eso tan propio que los otros han ignorado como alteridad que exige ser mirada; ahora se padece melancolía y decaimiento, sin entender esa dinámica arbitraria