Cualquier especialista que se dedique a las humanidades, siempre interconectadas, se ve sometido, institucional o socialmente, a una exigencia de naturaleza ética que apela a su responsabilidad con relación a qué visión ofrece del mundo a sus conciudadanos. Esta sutil o a veces explícita demanda es un arma de doble filo, con la que debemos