Persistimos, hasta el patetismo, en la búsqueda de la piedra filosofal, con la convicción de nuestra capacidad de realizar el Opus Magnum que desembocaría en una transmutación espiritual del individuo, gozando al fin del elixir de la vida, y por ende de la felicidad. El origen de esta práctica alquímica tiene al menos 2.500 años,