Me deslizo por esa hipotética línea del tiempo como si fuese una pendiente, cuyo incierto final anticipas a través de los otros. Unos por la arbitrariedad caprichosa del azar que juguetea con los cuerpos, sin considerar quién es ese ser corporizado. Otros, porque culminan la caída. Y los que seguimos transitando la incertidumbre de la
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Dormitaba sibilante como aspirando todo el oxígeno que había a su disposición. La apnea le asestaba azotes que provocaban un sueño superficial y un despertar súbito. A veces, al emerger de ese estado onírico, le burbujeaban imágenes insistentemente, que él identificaba como causas de ese malestar que le hostigaba siempre al despertar. Algunas eran cuerpos
La angustia acomete lenta, unas veces, y súbitamente otras en el interior del individuo como manifestación de un abismo existencial. Para Heidegger era, de hecho, la aparición óntica de la nada; si podíamos hablar, decía el pensador alemán, de la nada de forma equivalente al ser, era precisamente por esta manifestación a través de la