Siendo Cortázar capaz de describir la angustia minuciosa de un hombre enfundándose un pulóver que, nunca acaba en su lugar apropiado, muestra cómo la situación más banal desemboca en lo absurdo, y nada más kafkiano –si se admite la comparación- que quien por esa tesitura termina precipitándose por la ventana al vacío. Así de insípida