Ayer acudí al centro de asistencia primaria (CAP) de mi barrio y me quedé estupefacta cuando constaté que ya no existen las visitas de urgencias; han pasado a denominarse “visitas espontáneas”. Es verídico aunque parezca un chascarrillo; entiendo que consecuencia del lenguaje eufemístico que licua y disuelve progresivamente todo en nuestra sociedad. Mi primera reacción