Vivimos tiempos convulsos. Esta afirmación podría ser válida para muchos momentos históricos, la diferencia es que estos tiempos son los nuestros. Precisando más, es nuestro tiempo, ese presente que lleva en sí el rastro del pasado y el vértigo sobre el futuro. Nos inquieta la escalada bélica en Europa -las que llevan décadas en otros