“Tragarse la verdad engorda” aseveraba una paciente esquizofrénica, lamentándose seguramente de que no la dejaran expresar libremente su delirio. Otros creen que constriñe y oprime la mente, y luchan por su verdad con un fanatismo demoledor. Aún hay algunos que siendo dogmáticos, se entristecen de la ignorancia que abunda. Aunque delirar, solo la señora que pasea por los jardines del psiquiátrico, cuya verdad no mata, ni impone, tan solo revela a quien quiera escucharla.