El tiempo curte la sensibilidad del individuo haciéndolo menos susceptible de dejarse arrasar y perder la perspectiva más racional, en las ocasiones en que se requiere. Pero, también es cierto que determinadas habituaciones a formas de sufrimiento humanas, que le son del todo ajenas, le insensibilizan hasta umbrales que parecen convertir al individuo en un ser anómalo, robotizado e inhumano.
Así pues, el tiempo sería una forma natural de inmunidad adquirida por experiencia. La sobreexposición artificial a determinadas imágenes un recurso que quiebra la respuesta natural humana. No siempre la cultura nos hace más humanos, por controvertido que sea el término.