El insomnio crónico es un síntoma de una agitación interior nuclear que algo nos dice sobre nosotros mismos. Aunque las formas en que puede darse son diversas poseen un denominador común: se evidencia una exigencia excesiva, quizás una culpa latente, y con ello la urgencia de identificar las causas que nos mantienen en ese estado de alerta perpetuo.
El insomne es un habitante nocturno que necesitamos como centinela para poder dormitar a ratos, sin poner en riesgo nuestra integridad mental y física; un guardián de nuestro inconsciente que revestimos de perturbación somática para tolerarnos a nosotros mismos.