Ayer, experimenté un efecto diabólico que, quizás porque rebusco donde nada hay, me dejó algo perpleja. Publiqué en este blog una entrada sobre las “Pérdidas” que tan solo tuvo unas horas de vida, porque la estupidez informática provocó su pérdida, con lo cual supongo que algunos os topasteis con el mensajillo de “no se ha encontrado la página”. Buscando un término para calificar lo sucedido no he logrado dar más que con la posibilidad de un ardid demoniaco, puesto que no se aviene a lo que sería la ironía ni la paradoja. Ni pretendía decir lo contrario de lo que formulé –nada más lejos de mi voluntad vacía- ni hay aparente contradicción entre hablar de las pérdidas y perder, sino una congruencia terroríficamente premonitoria.
Así es que mis disquisiciones para comprender lo ocurrido, más allá de lo aparente que estaba nítidamente definido, me llevaron a pensar que no hay nada más crudamente real que experimentar lo verbalizado. Obviamente, como todos, he experimentado muchas pérdidas y separaciones, pero ayer tenía un significado relevante sentir la ausencia, de la ausencia. Ratificaba lo que anteriormente había intentado expresar y fortalecía la convicción de que “perder a alguien o algo” es una vivencia, a veces, desgarradora, pero que es más terrible no perder porque nada se tiene.
Y, ahora, me adentro en lo sustancioso de la cuestión: emergió la macabra idea en mi mente, que si a los políticos que se nutren de verborrea sobre aspectos de la vida social que desconocen, por no haberla experimentado, horas más tarde las artimañas de Satanás los sumergiera en esas realidades devastadas para vivirlas, quizás su planteamiento cambiaría a posteriori, con una sensibilidad más fina sobre la gravedad de las situaciones que se ventilan con imposturas. Sería magia, y no diría negra, que las falsedades se pagaran con experiencias radicales para conocer in situ las verdades que tendenciosamente quieren ocultar.
Mi pérdida quedó diluida con esa “paja mental” que vino a rescatarme del olvido, porque sigo maravillada por la seductora posibilidad de que haya un Lucifer capaz de hacer justicia –ante la absoluta ausencia de Dios-
Muy interesante con un mensaje crudo que se cuestiona a sí mismo la ausebcia de un Dios . quizas no sean las respuestas que un creyente religioso no se permitiria hacer, asi mismo, sino más bien las preguntas que se plantea en su propio cuestionamiento. ¿Lucifer actua como el dueñoy señor de este mundo abarcando todo lo que el hombre en sus acciones es, dwbido a la ausencia de las obras de un Dios ausente en las cualidades insentricas de su caracter ..
Muy interesante con un mensaje crudo que se cuestiona a sí mismo la ausebcia de un Dios . quizas no sean las respuestas que un creyente religioso no se permitiria hacer, asi mismo, sino más bien las preguntas que se plantea en su propio cuestionamiento. ¿Lucifer actua como el dueñoy señor de este mundo abarcando todo lo que el hombre en sus acciones es, dwbido a la ausencia de las obras de un Dios ausente en las cualidades insentricas de su caracter ..
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