Disgregándose en la amorfa indiferencia, retallece vigorizado como nada, casi nadeando –como sugiriera Heidegger-, que como absurdo para el sentido común significa: restar finalmente disuelto en no-ser para los otros, o en otros términos , alguien sin ser por su invisibilidad. Solo el rescate de la huella de su incondicionalidad, la del que es abandonado porque no abandona, dará testimonio de su haber sido.
Abandono
Publicado por Ana de Lacalle
Escritora alacallefilosofiadelreconocimiento.com Ver todas las entradas de Ana de Lacalle