Una de las cuestiones que la pandemia del covid-19 ha elevado a urgente es la reflexión sobre la fortaleza y el funcionamiento del sector público. La que suscribe el escrito no es politóloga y es posible que el riesgo de exponer un alegato exclusivamente teórico en un mundo tan complejo resulte una ingenuidad.
Pero, legitimada por el derecho de ciudadanía, sujeto de derechos y deberes y habiendo cedido el poder a unos representantes que velen por el interés general, tengo la libertad de expresar las deficiencias que se han puesto de manifiesto en el sector público y cómo debe conjugarse, a mi juicio lo público, lo privado y la iniciativa social (tercer sector) en una democracia social -y no liberal-, que es a mi juicio el mal menor.
En primer lugar, el sector que se ha visto en el ojo del huracán ha sido la sanidad pública -quiero puntualizar que…
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Impresionante. Un saludo!
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