Desasistida de palabras no logro acceder a nada. Ni lo que intuyo que se halla fuera de mí, que no sé nombrar, ni quien quepa que yo sea. El lenguaje no es un instrumento superfluo de intercambio banal, sino el necesario fundamento desde el cual proferimos significado a todo cuanto hay; y esa posibilidad es imprescindible para comprender y conocer.
El tumulto de sensaciones, que merodean interna y externamente, se obtura en mi mente, apelmazándose y constituyendo un adarve insondable e impenetrable. Paralizada, resto con temor de no ser, a causa de no poder decir, de comprobar que todo se ha metamorfoseado en algo inefable.
Deambulo sin confín, porque ante la ausencia de palabras no atino a percibir nitidez, ni claridad. Soy una ciega mental que se va disolviendo en una querencia inasumible, y tras estas cuantas palabras nada he alcanzado más que la incertidumbre, y el pavor de devenir una sombra paulatinamente más grisácea hasta blanquearme en la nada, por siempre.
Este escrito, más que en «Sin categoría», debería estar etiquetado como «Genialidades diarias».
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Es aquello creo que lo hablaba contigo de que todos podemos mejorar. Tendría que reestructurar el blog, porque lleva ya creo que 7 años así…pero no encuentro el tiempo….pero sí, Graciassss…
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Me gusta, no es hueco, aunque… podría respirar mejor… muchas gracias por el texto
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Gracias a ti por leer y comentar,….
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Me gustaría saber más sobre filosofía del reconocimiento, algún texto en particular que recomiende
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Mire el inicio del blog, las primeras entradas hablo sobre lo que denomino Filosofía del Reconocimiento….. El resto de entradas son una praxis de esos principios…. Graciasss
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Muy bien descrita la angustia de no saber decir. ¡Enhorabuena!
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gracias!!!!
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