El humano es la quiebra de la arrogancia, como entes sometidos a ese mundo que anhelamos dominar, acabamos siendo carencia porque nada nos satisface. Desatendiendo a los propios límites, el fracaso nos atiza con un látigo de realismo para que nos reconozcamos nimios, insignificantes vivientes que bracean por no hundirse en la nada; esa que nos anega al apercibirnos de la inmanencia materialista en la que hemos intentado ser dioses. Ya no los hay, en lugar alguno, y solos sin horizonte nos urge reencontrar un “algo” que nos motive a vivir, con la humildad que nos corresponde y nos dignifica. Somos poco y quizás podemos acceder a mucho gracias a nuestra conciencia, quizás un bello goce que la mayoría de nosotros no merecemos.

Una reflexión muy acertada.
Saludos
Miguela
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gracias…
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gracias
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Creímos ser como dioses, creíamos que la creación era un regalo divino, creímos que la tecnología nos salvaría…creímos…por eso nuestra caída es tan estrepitosa…besos al vacío desde el vacío
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Gracias…me encantaría poder comentar tus publicaciones ¿abrirás los comentarios?….
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Coméntame en ética de la vida diaria, somos muchos, un ángel y un demonio, ya has estado por allá
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Ahhhh…. estabas escondido!!!!!!
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Poesía/filosofía…diferentes estilos…quiero pensar…
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Hermoso 💚
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gracias
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Merecer… menudo verbo tan prejuicioso ¿No te parece?
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Prejuicio es si recuerdas emitir juicios de valor de manera preconcebida, es decir sin conocer a lo enjuiciado tan solo por poseer un determinado rasgo….hablar de merecimiento no es algo a priori, creo que podemos concidir en que hay gente que no se merece X, y hay otras que merecen más de lo que la vida o las circunstancias les han proporcionado….siempre se he emite a posteriori…como en el caso del texto que es un lamento por una humanidad que como especie ha perdido «el norte». Gracias por leerme y comentar
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