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Vetustideces
Vetustideces: La semana en viñetas 8/2021
Son muchas las radiografías que se han hecho de las sociedades occidentales actuales. Inclusive de los rasgos que a sus diversas descripciones hay que añadir por el impacto de la pandemia, la cual no se da por acabada porque los datos epidemiológicos lo indiquen —ayer la velocidad de transmisión en Catalunya era de 0’9— sino porque parece que la variante ómicron es menos virulenta. No obstante, se empieza a hablar de la aparición tardía de la gripe y me temo que esto no sea más que un juego de manos que me remite a febrero de 2020, cuando diagnosticaban gripe en lugar de covid19. La variante ómicron en su versión sigilosa parece esquivar las pruebas diagnosticas como los antígenos y las PCR que habían servido hasta ahora. Por este motivo parece que el trueque está servido, teniendo en cuenta que la gravedad es mucho menor que en las variantes anteriores, han hallado el punto de inflexión para cambiar el relato. El cual, por cierto, lo comunica la Consejería de Salud a los médicos como si fuese “la verdad” que las pesquisas de sus investigadores han hallado. Esa versión debe ser aplicada por los médicos en su práctica y supongo que pocos deben atreverse a cuestionarla a no ser que tengan un estatus suficientemente alto.[1]
Así, a partir de ahora vamos a padecer una gripe, en lugar de la variante menos virulenta del covid19 porque es la ocasión para finalizar la pandemia por decreto ley. Obviamente, cuanto expreso aquí son sospechas, especulaciones basadas en la experiencia de lo que ha sido la pandemia —un dato curioso es que el protocolo oficial que aplicaban los médicos ignoraba a las enfermedades respiratorias como un grupo de riesgo, aunque lo medios por ignorancia o tendenciosidad las mencionaran. De esto tengo pruebas de primera mano cuando una neumóloga del Hospital de Bellvitge, al no poder argumentarlo médicamente, me confesó que eran decisiones políticas—.
Pues bien, dispuestos a pasar por el túnel de “la gripe” que siendo estacional aparece cuando no “le toca”; y que alguien me explique cómo es posible que un virus, que queda menoscabado por las protecciones contra otro, espera pacientemente su oportunidad para desparramarse, aunque el clima no favorezca su supervivencia. Será que los virus son también inteligentes y que la madre naturaleza ha desarrollado estrategias netamente humanas.
Si antes del conflicto de Ucrania, la decisión política de dar por acabada la pandemia por sus repercusiones económicas insostenibles parecía evidente, ahora ante una situación imprevisible que ha agravado de forma más que preocupante la economía, las prioridades políticas parecen más diáfanas que nunca.
Aunque al inicio de este artículo mi propósito era hablar de cómo la pandemia ha azotado en muchos sentidos a los adolescentes y jóvenes, algo mucho menos abordado hasta ahora, mis impulsos, que deben ser también inteligentes, me han conducido a otra cuestión que bulle en mis entrañas ante la sensación de que, respecto de la pandemia, entre lo que ignoraban y la falta absoluta de trasparencia, nos han mareado como a imbéciles. Y es que un tanto debemos serlo. Que sea leve la gripe a-estacional.
[1] Enlaces con informaciones contradictorias, ¿quién es quién?
Yo mejor no digo lo que pienso, querida Ana. Nadie se cuestiona nada, esa es la gran enfermedad de nuestros tiempos… Abrazos ❤
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Tienes todo el derecho a decir lo que piensas y en mi blog tiene cabida. Respecto a la enfermedad, estoy de acuerdo, aunque hay que tener en cuenta la dificultad para extaer algo claro entre tanta información dispar… Gracias!!!!!
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Le jeu du perroquet ontinue d’être utilisé en simulacre de réponses à ce qu’on ne sait toujours pas de cette pandémie. Au point qu’ayant finit par la snober, elle nous revient en pleine poire comme pour dire si le con aime le fromage, moi pas…
Alain
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Gracias por dar tu visión!!!
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