Nacer no es propiamente una acción. Es la resultante de un proceso de expulsión que se desencadena en el útero materno, para resolver una situación naturalmente insostenible. Un cuerpo no puede por más tiempo dar cobijo vegetativo a otro que ha aumentado sus dimensiones. Aquí aprehendemos más nítidamente ese postulado sartriano que reza: el hombre es un ser arrojado al mundo, descripción ciertamente atinada. El que nace, no nace, lo nacen. En esta tesitura tropieza, como ya precisara cínicamente Cioran, con los inconvenientes de haber nacido.
Poseemos una existencia, durante un tiempo indeterminado, con la que algo deberíamos hacer, y un hacer con sentido, si no queremos vernos abocados de puntillas al borde del abismo.
Menudencias, inconvenientes de existentes sin experiencia. pero que, como no puede darse el caso, no pidieron ni ser engendrados, ni nacer y, en el sentido más pesimista, se encuentran con la condena de Sísifo, cargando en su espalda la piedra de la vida por una escarpada ladera de montaña, para que a punto de culminar la cima y ver la extensión del paisaje, la piedra caiga y deban recomenzar. Y Camus nos brinde el mito para preguntarnos ¿tiene sentido vivir? Y los nacientes inexpertos le contesten, gracias a Cioran, no te agobies son menudencias de que te hayan nacido.
Sin embargo, hay otra perspectiva desde la cual puede encararse la existencia, que abogaría por el amor y la pasión por la vida en sí misma. Dando rienda suelta al aspecto dionisiaco, pasional, desinhibido de convenciones sociales que nos asfixian, Nietzsche se convierte en un defensor de la vida, por la vida misma. O lo que en su obra Ecce Homo recogió, considerándose el último estoico: Mi fórmula para expresar la grandeza en el hombre es amor fati: el no-querer que nada sea distinto ni en el pasado ni en el futuro ni por toda la eternidad.
¿Qué nos resta hacer con el hecho de habernos nacido? Simplemente probar la vida, crecer, sufrir, reír y buscar el sentido propio, ya que, vaciado el mundo de un sentido universal y asentados en el nihilismo, ejercer la voluntad de querer y esto significa que el deseo -en el sentido lacaniano- dinamice y sea el motor de nuestra búsqueda de sentido inmanente, porque tras la muerte de Dios no queda alternativa.
BILIBOGRAFÍA
«El inconveniente de haber nacido» Cioran
«Ecce homo» Nietzsche
«Filosofía de la redención» Mainländer
Por la importancia de las obras pueden encontrarse en versión original y traducciones en castellano de rigor.
Cioran es Cioran. Pero si nos alejamos del pensamiento y análisis filosófico de la vida que él hace; presenciar el nacimiento de un niñx es emocionante. Para mí inexplicable.
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