Etiquetas
compartir la vida, Comunicación, incomunicación, Silencio, soledad
Estamos antes la declinación neutra, la que de hecho no declina en absoluto y genera incomunicación por incomprensión de lo manifestado. Nos vemos, unos a otros, sin alcanzar a mirarnos, y suponemos elucubramos sobre el trasiego mental ajeno, para darnos de bruces con la oscura ignorancia. Y así, solo la compasión circula fluida entre los vasos no comunicantes ¡pero se espesa tanto! que deviene carga pedregosa y paralizante.
Necesitamos declinarnos ante el otro para ser aprehendido.