Nublados por la bruma de la ignorancia, nos convertimos en presa fácil de la tergiversación y la desfiguración de los hechos, que ciertamente nunca son asépticos. Pero, deberíamos dilucidar qué se halla en ellos de subjetividad inexorable y qué de intrincación voluntaria, porque quien deforma consciente e intencionadamente una serie de sucesos, esconde intereses particulares que en nada se avienen al bien colectivo.
Deformaciones
Etiquetas: Hechos, ignorancia, intencionalidad, Interés particular, manipulación, subjetividad, Tergiversar, voluntad
Publicado por Ana de Lacalle
Escritora alacallefilosofiadelreconocimiento.com Ver todas las entradas de Ana de Lacalle