Desconociendo, cuanto de inefable se desliza en la infinitud de nuestra ignorancia, poseemos la conciencia de saber mucho y doblegar el mundo; somos así de engreídos y arrogantes, tras haber negado la posibilidad de dioses que interfieran en nuestras vidas, nos fantaseamos como seres de poderío infinito basándonos de una idea de progreso anacrónica y terriblemente falaz.
Engreimiento
Publicado por Ana de Lacalle
Escritora alacallefilosofiadelreconocimiento.com Ver todas las entradas de Ana de Lacalle