Si de nada sirve un soponcio derivado de la frivolidad de un gesto, ¿para qué padecer una corajina por la insustancialidad de otro, nítidamente ajeno? Más avispado es quien retorna indiferencia, es decir no reacciona ni se afecta, a la veleidad de aquel que carece de subjectum, y no puede ni vislumbrar en qué consiste hacerle un guiño a la vida.
Buena reflexión, pero la indiferencia es una actitud difícil de tomar a veces sobre todo en las personalidades pasionales o irreflexivas. Muchos la portan, genéticamente es algo difícil de enseñar pero sobre todo aprender. Saludos cordiales.
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Completamente de acuerdo, y tal vez para estas personas es más significativo y relevante lo que se expone. Gracias por tu comentario
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