Aquel que mendiga el reconocimiento ajeno, se vio privado de la satisfacción de los afectos más perentorios, y aquejado de ninguneo, repta sutil y sigilosamente para que la mirada del otro le espejee quién es.
DISQUISICIONES DESDE EL ABISMO
Aquel que mendiga el reconocimiento ajeno, se vio privado de la satisfacción de los afectos más perentorios, y aquejado de ninguneo, repta sutil y sigilosamente para que la mirada del otro le espejee quién es.
Buenos días,
No estoy seguro de comprender correctamente la última frase.
Fructífero fin de semana
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Intento decir que sin el reconocimiento del otro,como personas valiosas,esimposible construir una identidad con “subjectum”,y por eso requerimos de la mirada delotro para poder forjarnos. En este sentido parto de la falta de afecto básico,sinelcual no es posible el autoreconocimiento porque no hay inetracción que nos autentifique…Gracias por leerme
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Es un placer leer sus aportaciones. Ya sabe que tengo pendiente lo del “chino” tras leer tanto el último sobre él de “La Lechuza” como lo que Vd. me envió.
Saludos
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