Si rastreáramos esa zona interior que todo humano alberga hallaríamos un elemento universal: una dicotomía polarizada constituida por el bien y el mal. Esta se manifiesta como una paradójica cohabitación entre un monstruo y un héroe; un diablo y un ángel, y toda materialización posible e imaginable que, por cierto, la literatura nos ha mostrado a lo largo de la historia. Mas, no es quién sabe si por suerte o por desgracia, un simple recurso literario, sino que la metáfora expresa la magnitud inefable de esa lucha interna a la que cualquier humano con conciencia crítica de sí se enfrenta.
Unos sienten palidecer su voluntad ante la violencia del entorno y como camaleones se adaptan y pasan anónimamente con el fin de sobrevivir o no aumentar sus calamidades. Otros lidian una batalla infernal entre su voluntad o querer y aquello que más le convendría para evitar tragedias que pueden marcar su vida, y la de los suyos, irreparablemente.
Pero tras una decisión u otra cada sujeto intensifica su aspecto monstruoso o su heroicidad. Y esto porque, en muchas circunstancias, adaptarse significa comulgar con formas de pensar y de hacer como mínimo diabólicas; puede ser una falsa representación para aparentar que se es aquello que el entorno espera que seas, pero en ese gesto de asumir un rol que no te pertenece, te transformas en el decir y la acción en una diáfana muestra de la monstruosidad que puede llegar desarrollar un humano.
Los otros, quienes huyen de convertirse en diablos, sostienen una tensión tremebunda entre los suyos, que no alcanzan a entender su decisión de mantenerse fiel a su genuino querer, y los que teniendo el poder pretenden someter a todos a una única forma de pensar y actuar, en definitiva, ser. Porque ¿qué somos más allá de lo que manifestamos creer y hacemos en coherencia? Nada, meras marionetas atemorizadas cuyo propósito comprensible es la supervivencia.
Ha habido muchos humanos anónimos que han seguido su voluntad, sus principios, oponiéndose a formar parte de actos monstruosos, que se han diluido en la historia. Han sido héroes no reconocidos, a veces, ni por los suyos, ya que esa rectitud y virtuosismo ha causado daño a los que ha dejado, irremediablemente atrás. Pero deberíamos reconocer el sufrimiento y el padecimiento que ha supuesto para esos sujetos tomar decisiones tan controvertidas. El coraje que los ha mantenido en pie contra todos, y que difícilmente no los ha llevado a dudar agria y angustiosamente de la decisión tan incómoda que han tomado.
No han cambiado la historia. El terror ha seguido su curso sin tambalearse. Pero han sido fieles a sí mismos y a unos principios de trato y respeto a los otros humanos que no son tan cuestionables. Héroes ellos, y quienes padecieron con angustia y tristeza las consecuencias de esa heroicidad. Nadie los recuerda; no se ha hablado de ellos porque no hicieron cuantitativamente grandes cosas, tal vez porque tampoco tenían ese poder. Pero deberíamos preguntarnos ¿No cambiaría, a menudo, nuestra historia de monstruos diabólicos si cada humano decide por sí solo no contribuir a alimentar ese elemento trágico de la condición humana? Si uno, más otro y otro, aun sin saber que hay otros resistiendo como él, hicieran lo mismo ¿No hubiese cambiado y podría cambiar el curso de los acontecimientos?
La mayoría de nosotros acabamos siendo cómplices anónimos de sistemas malévolos, devastadores y, tal vez, no vemos en quién nos convertimos cuando nos espejeamos por descuido. Sin la colaboración de todos ningún sistema, ni orden establecido puede subsistir. Si lo hace, es indudablemente porque optamos por ser peleles anónimos y pocos, muy pocos eligen ser ellos y acaban siendo como excepción inusitada, héroes anónimos.
Inspirada en la película “Vidas ocultas”
Título original A Hidden Life
Año 2019
Duración 180 min.
País Estados Unidos
Dirección Terrence Malick
Guion Terrence Malick
Música James Newton Howard
Fotografía Jörg Widmer
Reparto
August Diehl, Matthias Schoenaerts, Valerie Pachner, Michael Nyqvist, Jürgen Prochnow, Bruno Ganz, Martin Wuttke, Karl Markovics, Franz Rogowski, Tobias Moretti, Florian Schwienbacher
Productora: Coproducción Estados Unidos-Reino Unido-Alemania; Studio Babelsberg, Medienboard Berlin-Brandenburg
Género Drama. Romance. Bélico | Biográfico. Nazismo. Familia. II Guerra Mundial. Años 40. Basado en hechos reales
Sinopsis
Franz y Fani Jägerstätter son un feliz matrimonio que vive con sus tres hijas en su granja alpina en Sankt Radegund, Austria. Son campesinos, viven y trabajan rodeados de un impresionante paisaje montañés. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, los hombres comienzan a respaldar el nazismo, pero Franz no se deja arrastrar por la corriente mayoritaria. Se resiste a prestar juramento a Hitler y se convierte en el primer objetor de un mundo de ferviente nacionalismo y creciente ideología de odio. El amor incondicional de su esposa y su fe inquebrantable, se convertirán en sus principales aliados para afrontar las graves repercusiones que su decisión provocará… (FILMAFFINITY)
Premios
2019: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso
2019: National Board of Review (NBR): Mejores películas independientes del año
2019: Premios Independent Spirit: Nominada a Mejor película
2019: Círculo de Críticos de San Francisco: Nominada a mejor fotografía C
¿Cómo podemos saber que no han cambiado la historia? Quizás su mayor heroicidad es haberla cambiado sin que nos hubiésemos dado cuenta.
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Gracias por ilustrarnos con una película tan motivadora sobre la condición humana. Sublimes escenas de contacto, afecto y sentimiento, donde está demás la palabra, pues frente a la era digital y la pandemia son hoy un pecado. Solo me pregunto ¿Es posible la convergencia entre la convicción y la responsabilidad?
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Difícil cuestión, si has visto la película ya ves que no queda bien resuelto…si entiendo por dónde va la pregunta. Gracias!!!
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