No he podido —o tal vez querido— resistirme a la tentación de publicar el último post del año —interrumpiendo mi receso—. Ha sido un año histórico, único lo son todos. Y, lamentablemente, el 2020 se grabará en los anales de la historia por la, ya cansina pero resistente, pandemia del covid19.
Se ha escrito mucho, en exceso si tenemos en cuenta que nos falta distancia mental de lo acontecido, a lo largo del año. Pero el dinamismo del virus y de la lucha por erradicarlo nos empuja continuamente a intentar comprender la situación en la que estamos. Paradójicamente cada supuesta situación es tan efímera y fugaz que cuando publique esto quizás ya esté desfasado.
Ahora nos hallamos en los albores de la ansiada vacuna, su proceso de distribución y la vacunación en sí. Respecto a esto, las autoridades políticas aseguran que estamos en el principio del fin. No es mi deseo ser ceniza, pero considero precipitada esta propaganda porque la celeridad con la que se han puesto en el mercado las vacunas es algo sin precedentes; aunque como matiza algún docto en la cuestión la muestra sobre la que se ha experimentado ha sido mucho mayor. Intuyo que se desconoce o se van ocultando los efectos secundarios que puede provocar la vacuna, con la intención de estimular a la población a vacunarse. No se ha especificado si los grupos de riesgo con enfermedades previas han formado parte de la muestra utilizada, con lo que los efectos sobre este grupo serían desconocidos.
Además, disculpad mi escepticismo, el uso demagógico de la información que ha sido patético durante este año —aunque de ese uso de los datos ya teníamos amplia experiencia— resta credibilidad a las noticias que vayan apareciendo durante este proceso de vacunación ¿Podemos confiar en lo que se nos dice? ¿Estamos seguros en manos de los políticos que han dado muestras sobradas de su incompetencia y de las numerosas contradicciones en las que han incurrido? Y, aclaro que dando por supuesto que ha sido necesario un proceso de aprendizaje, no ha sido este el motivo que los ha llevado a afirmar con contundencia una cosa, y a entrar en contradicción con ella al cabo de tres días.
El difícil equilibrio entre economía, salud e intereses políticos —no los olvidemos nunca, y tengo presente el concierto de Sant Esteve, aquí en Catalunya, con distancias cortas y mascarillas que se caían al cantar en el Palau de la Música con mucha gente, entre un coro multitudinario y los privilegiados que asistieron, entre los que se hallaba Jordi Sánchez y muchas esteladas ¿no era prescindible? — está llevando a tomar decisiones absurdas si comparamos unas con otras. Creo que el colmo de lo absurdo ha sido el concepto de allegado o personas próximas ¡Viva la ambigüedad! Además de la medida clasista de permitir que se desplazaran los ciudadanos con segundas residencias o los que pudieran, como unidad de convivencia, trasladarse a un hotel o casa rural ¿dónde queda la consideración de las personas que viven amontonadas en pocos metros cuadrados que no se les da ningún respiro, porque hasta se cierra de forma poco acertada la restauración que constituye la única actividad de ocio para los ciudadanos de segunda y tercera? Por último, quiero como colofón de este repaso del año pandémico, hacerme eco y voz de aquellos que están en situaciones de pobreza denigrante. Algunos sin vivienda, otros sin recursos y acudiendo a las ONG que reparten alimentos, otros recurriendo a los comedores sociales, iniciativas estas últimas de los mismos ciudadanos que se organizan a través de entidades para dar respuesta a la miseria que los engranajes y recursos de los gobiernos -autonómico y centrales- no son capaces de atender con la urgencia que se precisa. Espero que el 2021 sea en contra de todo pronóstico el año en el que la pobreza disminuyó y rescató a las personas, que es lo prioritario a la hora de planear una restitución.
Muya agradecida a todos los que habéis leído el blog durante el año y también a todo lo que me aporta el leeros a vosotros, ya que un gran mayoría somos blogueros. Hasta el once de enero en que reanudaré mi actividad diaria.
Os deseo a todos el mejor año 2021 posible!!!!!
Ya lo dijo el maestro Nietzsche: «Lo que no me mata me hace más fuerte»…esperamos ser fuertes y llegar al otro lado…Besos al vacío desde el vacío
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O, en términos populares, lo que jode curte!!!!!
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Me alegro de que en el nuevo año podamos seguir contando con tus trabajados escritos, sabios consejos, meditadas disquisiciones, profundos pensamientos, acertadas críticas y entretenidos relatos. Feliz año.
Salud para todos.
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Gracias!!!!!!
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¡Fuerte abrazo y feliz 2021, Ana!
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Igualmente!!! Que te vaya lo mejor posible. Abrazooo
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