La bestia horada las entrañas, una implosión que esparce las vísceras por doquier ha tenido lugar; al fin, era su destino. La presión soportada, a base de constituirse en el individuo impostado que todos esperaban, ha fracturado su morada interna irremediablemente. Y es que fingir que se vive, existiendo como otro que no se es,
Etiqueta: desaparición
Se encoge cuanto nos constituye evaporándose, como una fumarada abrupta, súbita, inesperada. Ese vaho va trashumando tenuemente, con firmeza. No es un gesto, ni un requiebro equívoco para ladearnos y culminar sorpresivamente aduciendo que no era más que una chanza. Es el acontecer mismo, lo único que propiamente nos pertenecía –aunque lo ignorábamos-, imbricado en
Algún día tenía que ocurrir. Algún día el peso de las cosas debía imponerse a la ligereza que aparentaban. Tan solo era preciso el gesto de quien dirime lo importante de lo efímero, e interceda con decisión y contundencia para que se diluya la apariencia efímera. Solo son necesarias unas palabras, ciertamente era todo tan