Mientras el deseo, la voluntad y en definitiva el yo se despliega sin oposición no hay alteridad ni conciencia de ella. Diríamos que no hay límites para la expansión del yo, que todo parece “ser yo”. Así, en el momento en que el deseo y la voluntad notan resistencia, reacción contra su extensión, el yo
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Somos muchos, bastantes o algunos los que afirmamos querer llevar una existencia que no esté del todo constituida por el sistema económico-social capitalista. Es un desiderátum compartido, pero poco realista, sobre todo si analizados sin pudor la forma de vida en la que nos vemos sumergidos, sin ni tan siquiera bracear pata emerger, seguramente porque
[1] 9 Cioran, E. Del inconveniente de haber nacido. Ed. Taurus. 10 Cioran, E. Conversaciones. Ed. Fábula Tusquets
“Toda la vida es un gran sinsentido. Y cuando uno se ha esforzado e investigado durante ochenta años, ha de admitir que se ha esforzado e investigado para nada. ¡Si al menos supiésemos para qué estamos en este mundo! Pero todo es y será enigmático para el pensador, y la felicidad más grande es haber
No pertenezco a sitio alguno, aunque sé cuál es mi lugar. Un conjunto de conexiones similares a una red de pájaros, rala, espaciosa y elástica siempre en religación con los elementos nuevos que acuden. Ahí me hallo, cultivando la sensibilidad necesaria para notar la presencia de otros que siguen desligados del mundo, o, por el
Balancearse es oscilar horizontalmente de un lado a otro: del costado derecho al izquierdo, armónicamente, sin sobresaltos. De ahí que el balanceo ejerza un efecto tranquilizador. Suele estar presente en el autismo como forma de autorregulación emocional. No parece que la existencia sea, entonces, un balanceo entre el dolor y lo placentero, ya que si
Aquellos que no viven más que para sí mismos, sin altanerías, se sienten sometidos a la multiplicidad de estímulos que la cotidianidad les propina. El indigente que se asemeja más a un zombi que a un humano, sucio, lleno de costras y heridas, tapado con ropas raídas; la joven que empujando el carrito del bebé
Sobre por qué la Filosofía nos conduce permanentemente al límite, querría añadir alguna reflexión. La inquietud existencial de estar, sin saber el porqué, de desconocer qué hacer con la existencia, de sentir la carga de un muerto entre los brazos y paralizada no entender qué hacemos aquí, ni por qué, ni para qué, son motivos
En la aparente y engañosa quietud que alcanza la existencia, a veces, las vísceras explosionan, nada se halla en el lugar que le habíamos atribuido, buscando esa quietud que nos encalma. Agazaparnos a la apariencia tan solo contribuye a una revuelta interior sin precedentes, o con ellos ya en el olvido. La única opción es









