Ayer, en una conversación irónica cuyo contenido está arraigado en una experiencia de urgencia y precariedad, alguien muy especial para mí, me decía que lo fugaz no es el tiempo, sino el dinero. Las risas cómplices no nos distrajeron, a cada uno en su interior, de la tragedia que subyace a esta afirmación: no son
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Lo nuclear son los Otros; por ellos nos reconocemos a nosotros mismos, y en la diferencia, forjamos esa identidad fluctuante sujeta siempre a la renovación: en ese proceso de reconocimiento que nosotros hacemos de los Otros. Sin ellos no hay nutriente que nos satisfaga, que vacíe el mismo vacío. Y en esa unión y diferenciación
por Ana de Lacalle en Anagramas on 25 octubre, 2018 Recupero este post de hace tres años, tal cual salió publicado. Hoy, quizás, somos cada uno más de dos, o tantos que nada somos en definitiva…. Hay humanos con una capacidad muy agudizada para el fingimiento, la doblez, y ser antagónicamente uno, aunque parezca una imposibilidad. De esta manera desarrollan
La inmortalidad es el simbolismo que deja tras de sí el rastro benéfico de las acciones, no solo de las palabras, de quien dio su vida por otros. Y dar la vida no significa literalmente morir, sino entregarse, sacrificarse ante el dolor y el padecimiento del Otro que necesita apoyo y luz en un tránsito
La abundancia no me pertenece, pero si la calidad de cuanto me envuelve y me constituye. Como una neblina casi imperceptible, aunque sentida, me hallo reflejada en miradas que me enaltecen, consienten y me conceden guiños entre condescendientes y preventivos. Siendo, soy lo que fui y lo que con ello voy haciendo; siempre auxiliada por
No es un ejercicio liviano el reconocimiento de las propias insuficiencias, carencias y limitaciones. Es como identificar lo sucio que velamos a los otros en nuestro aparecer casi impoluto, y vernos disociados entre lo que mostramos y esa mezcla que nos enmugrece y nos enturbia. Quien se siente capaz de desenmascararse ha conseguido, en primer
Vives porque respiras. Viendo lo obvio, decides vivir –dando por supuesta la respiración- desplegando esas capacidades que te otorga la propia autoconciencia. Observas, analizas, valoras y obtienes opiniones sobre el mundo –el yo y la alteridad- a partir de las cuales surge la motivación para realizar algunas actuaciones. Pero, frente a ti otros no olvidan