Argumento incontestable: «Es mi opinión».

6 comentarios

Actualmente, el último recurso que se utiliza para justificar una determinada visión de las cosas consiste en sentenciar: “es mi opinión”. Ante tal asertividad parece que solo reste callar y dar por válido lo proferido por nuestro interlocutor. Esta actitud defensiva se basa en la creencia de que “todas las opiniones tienen el mismo valor”. En este sentido desearía hacer una serie de reflexiones.

La opinión, que nosotros denominamos hoy, es lo que los griegos -Parménides, Platón, …- llamaban doxa, ésta hacía referencia a todo lo que los humanos podían pensar y decir basándose en la superficialidad del mundo, o lo que sería la apariencia. Su valor de verdad era nulo, en cuanto lo enunciado carecía de una justificación racional y no constituía conocimiento. Lo dicho traslado a nuestros días sería equivalente a afirmar que la opinión es absolutamente subjetiva y está, a menudo, vinculada a las emociones. Esta condición la invalida como conocimiento equiparable a la de un especialista, en determinada área del conocimiento, que dispone de argumentaciones racionales, contrastaciones empíricas que avalan sus afirmaciones.

Dicho lo anterior, el problema es que confundimos opinión con conocimiento, cuestión muy añeja y curiosa para una sociedad tan altamente desarrollada como nos autodenominamos. Precisamente, es la complejidad del mundo lo que hace difícil que cualquiera pueda decir algo con fundamento sobre cualquier cuestión que se plantee. Los especialistas pueden argumentar con más o menos rigor sobre un tema, pero al menos se les presupone un conocimiento cualificado y mayor que quienes no se han dedicado a la investigación de X problema.

De esta forma, podemos decir que hay una distancia inconmensurable entre la opinión y el conocimiento. Las opiniones valen todas igual porque son tan inconsistentes unas como las otras. Sin embargo, el problema no es tan sencillo. Lo que denominamos conocimiento, ciencia, tecnología a menudo no se impone tanto por su grado de validez objetiva, sino por el poder económico que financia estas investigaciones, orientadas a fines particulares y no a la obtención del mayor conocimiento. No sentenciamos que todo conocimiento esté bajo este influjo, pero sí que, en algún momento del proceso de investigación, se ve dirigido y orientado por estos poderes económicos.

Así, una tarea interesante es deslindar los avances científicos de los intereses fácticos que los avalan. Un hecho reciente y privilegiado que aún genera páginas intentando contrastar lo dicho, es la pandemia del COVID-19.  

Por supuesto, este análisis que se ha centrado en identificar el conocimiento con lo científico porque expositivamente resulta más evidente, es aplicable, en toda su extensión a otros saberes sociales y humanísticos. Los que se han cultivado en ellos pueden justificar y argumentar con consistencia lo que afirman -salvando esos intereses fácticos que aquí operan incluso con más intensidad- distanciándose de la mera opinión.

Volviendo a esta última, y para clarificar más lo que se pretende mostrar, diríamos que hay cuestiones opinables e indiscutibles: no podemos decir que el color azul es más bonito que el verde, ya que su percepción y agrado en cuestión de gustos, sensibilidades, es decir algo que pertenece a la esfera de lo subjetivo y que no puede ponerse en cuestión. La opinión tiene una función en nuestras vidas que nos permite manejarnos con el mundo cotidianamente, otra cuestión bien diferente es que queramos utilizarlo como argumento y valor de verdad.[1] Esto último ocurre cuando arrasamos a diestro y siniestro con afirmaciones categóricas sobre acontecimientos sociales sobre los que no tenemos datos, sino únicamente nuestra experiencia personal. Acabamos con ideas que provienen del malestar individual y los prejuicios.

Concluyendo: no todo es opinable, aunque de facto opinemos sobre ello. Las sociedades contemporáneas estimulan el valor de la opinión porque la disgregación, la diversidad contribuye al individualismo y promover la falacia de que todas las opiniones son iguales nos sitúa en un caos en el que la manipulación de los individuos se filtra como si hubiésemos puesto vaselina. Estas confusiones benefician a los que de facto controlan las sociedades y les estamos ayudando a que así sea.

Habrá cuestiones sobre las que pueda opinar, pero con plena conciencia de lo que vale mi opinión, que es nada. También puedo plantear interrogantes en lugar de opinar, para que mi desconocimiento se ponga al servicio de la explicación más objetiva. Demandar razones a los que sí se les supone ese conocimiento, y que sean fundamentadas, es un ejercicio democrático que deberíamos promover, porque contribuye a poner en jaque la voluntad de manipularnos, a hacer públicos datos que parecen secretos de estado y a que el acceso a la información y, posteriormente, a cierto grado de conocimiento sea una condición de la democracia misma. Contra menos sabe el demos, más fácil es manipularlo, auxiliados por un contexto tan complejo. Pidamos explicaciones de todo cuanto no sabemos y nos genera serias dudas, porque a mayor conocimiento, menos opinión y más consistencia respecto de cuestiones cruciales para la sociedad.


[1] Hay una cuestión que analizaré en otro post relativo al cada vez más extendido: “Yo soy, lo que siento que soy”, una de las grandes falacias que más perjudican a los individuos y la sociedad.

Plural: 6 comentarios en “Argumento incontestable: «Es mi opinión».”

  1. El viejo dilema filosófico: doxa vs episteme…en el Reino de Narciso lo que vale solo es la opinión, los likes, lo subjetivo, el me gusta…es el golpe de estado contra esa vieja episteme que estaba secuestrada en libros y sabios…Pequeña obervación mis estimados filósofos / podólogos…van perdiendo este debate por la verdad…San Narciso se regodea al verlos abrumados por sus fieles hijos de la doxa….Mi otro Yo gozando con el mal ajeno, sorry…besos al vacío desde el vacío

    Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s