Irradiamos porosamente nuestras emociones sin resquicios, aunque pretendamos, por un acto de voluntad, aparentar actitudes opuestas. La actitud está traspasada por los sentimientos y se expande espontáneamente si no estamos vigilantes y alertas de nosotros mismos. Las razones por las cuales nos sentimos exigidos a ocultarnos son diversas. Tendré en cuenta dos: la que se
Etiqueta: Honradez
La voluntad de ser veraces no nos hace dueños de “la verdad”, sino dignos de respeto y honrados.
De la culpa solo obtenemos angustia dolorosa, incluso sin ser responsables de nada. De ahí la urgencia de la honradez, ya que quien así vive puede sentirse exculpado y liberado del veneno demoniaco que otros pretenden inocular en él.
El poder es una tentación diabólica para la mayoría de mediocres que entran en contacto con él. Tan solo, un escaso grupo de hombre y mujeres honrados y excelsos salen indemnes de tal incitación. Pero estos acostumbran a pasar desapercibidos, cuando deberían ser reseñados por su tenacidad y rectitud en esa selva viperina.