Pensar sobre Nada (artículo revisado de 2017)

Un comentario


“(…) Pero incluso los pensamientos, por muy etéreos que parezcan, requieren un punto de apoyo, pues de lo contrario giran y giran en torno a sí mismos, en un torbellino sin sentido; tampoco ellos soportan la nada (…)”

Stefan Zweig, Novela de ajedrez, Ed. Acantilado, Barcelona 2001

Fue Parménides quien constató de forma explícita que no podemos pensar el no-ser (lo otro que no es real), porque vacío de objeto no hay posibilidad de pensamiento –en el sentido racional del término-. Zweig narra, en este fragmento, cómo los pensamientos no soportan la nada, como si esa ausencia de entidad del objeto les generara un caos, consistente en un bucle imaginario que lleva a la locura. En consecuencia ese “apoyo” debe constituir un algo existente que dé sentido al pensamiento.

La cuestión, que sugiere esta aseveración, conlleva discernir si ese apoyo es existente, real o un recurso de la imaginación para no desesperar ante la vacuidad de la nada. Porque bien podría ocurrir que partiésemos de un supuesto apoyo consistente, según nuestro criterio, que no fuera tal, y que creyendo haber huido del bucle nihilista no nos halláramos más que en una fantasía lenitiva.

La locura –como estar ajenos a lo existente- no es un estado del que podamos huir en soledad, si es que queremos hacerlo, necesitamos la contrastación intersubjetiva, tal vez como el bucle sustitutivo.

Cabe aclarar que el fragmento se ubica en el contexto de un sujeto que lleva meses aislado en una habitación, privado de todo contacto humano En ese sentido, la carencia de acontecer en la vida genera esa ausencia de apoyo. No obstante, la consideración del autor es relevante si atendemos a esa dificultad-muy cartesiana por otra parte, o incluso berkelyana- que experimentamos, cuando siendo críticos, intentamos obtener certeza de la existencia de algo externo al pensamiento que dé sentido al acto mismo de pensar.

En reclaión con lo expuesto, existe una experiencia neurológica consistente en la sensación de que no se puede pensar, que no hay contenido, lo cual genera una presión cerebral ante la que el sujeto percibe que está a punto de implisionar. La angustia que produce es muy intensa, una angustia de paralización de las sinapsis neuronales que llevan al individuo a desear darse de golpes contra la pared, a ver si eso reactiva el cerebro. Algunos especialistas lo califican de una disrupción en el flujo de la conciencia.

Así que, parece que necesitamos sentir, al menos, que nuestro pensamiento tiene un objeto que no lo deja condenado al vacío o a la nada, porque tras ella se desintegraría nuestra conciencia misma.

Singular: 1 comentario en “Pensar sobre Nada (artículo revisado de 2017)”

  1. ¿ Y el estado mental de aquellos que mandan: «besos al vacío desde el vacío», es síntoma de locura? Digo para preocuparme o buscar una afable institución mental para ingresar al susodicho pseudo filosofo/ poeta…Mo otro Yo que utiliza mi firma como prueba falaz de mi desequilibrio….

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