Si hubiese un sentir ingrávido, ese debería ser el dolor, careciendo así de esa naturaleza punzante.
Etiqueta: Dolor
El desamor es una angosta carretera de vuelta que carece de normatividad y reglas válidas. Mas, desvariemos como lo hagamos, nunca es eludible arrancar la piel de lo dado y recibido dejando un herida en carne viva.
Hoy, día de todos los santos, para la Iglesia católica, anhelo poseer la capacidad de evocar a los auténticos santos, esos seres imperfectos tremendamente humanos que padecieron el dolor, todo dolor, el propio y el ajeno, con una actitud de lucha frente a las agresiones camufladas de otros; aquellos que con su fortaleza legaron el
La ira es un torbellino desbravado imposible de refrenar cuando el daño reavivado sangra impotente. Tras la ira, la culpa por equivocar el objeto de evacuación. Y así, ese ciclo redivivo oscilando de la rabia destructora al temblor.
“Como los grandes enemigos de la felicidad humana son dos, el dolor y el aburrimiento, la naturaleza también dio a los seres humanos una protección contra ambos: contra el dolor la alegría, y contra el aburrimiento, el espíritu. Sin embargo ambos no están emparentados, y en los grados más altos inclusos son incompatibles El genio
“La idea del Eterno Retorno solo puede captarla plenamente quien padece varias enfermedades crónicas, por tanto recurrentes, y tiene así la ventaja de ir de recaída en recaída, con toda la reflexión filosófica que ello implica” Cioran, Desgarradura.Ed.Austral.pg.91. Bendita “ventaja” capta Cioran en lo recurrente de las recaídas por enfermedad crónica, para entender aquello que
Acaso quien hable del dolor sea un ilustre leído que contrapone su sabiduría con alguien que cree haberlo dejado atrás, ya que quien padece el dolor no puede más que soportarlo.
Tras la idea de que es posible la reparación de un daño sufrido, yace la concepción “buenista” de la naturaleza humana, es decir aquella que concibe al humano como bueno por naturaleza. Así, se entiende que quien infringe un mal pueda hacerlo sin mala voluntad, y esta ausencia de intención es lo que hace posible
Saturados de maldad e incapaces ya, de metabolizar la propia y la ajena, el humano del S.XXI convulsiona y vomita ante la posibilidad de reconocerse en algún artefacto artístico como Lucifer; Temiendo que el arte disponga, por naturaleza, de una función especular, no soporta re-conocerse, porque se conoce. Sabe del dolor, la maldad, el salvajismo
Efímeros efluvios de consuelo alternándose con la mirada cruda del dolor en compañía. Vívida concentración de emociones con una estrella fugaz que pese a lo leve que aparenta ser, deviene el vínculo más certero, porque su fugacidad es internamente eterna.