La diversidad de dotaciones biológicas puede llevarnos a una percepción del mundo muy particular –poco usual entre otros individuos- que condicione nuestra conducta, hasta el punto de mostrarse como una patología alocada. Pocas veces ahondamos en el mundo interior de los que actúan o reaccionan de manera nada convencional y por este motivo quiero invitar
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Nos resistimos con avidez a reconocer ese alter ego que cobijamos, ocultado, opaco y tan solo desvelado en el momento apropiado. Se nos antoja como un inconveniente que nos desluce, cuestiona y desprestigia; protegiéndonos de deslices que permitan visualizarnos en nuestra antagónica condición; tal vez, olvidando que no somos diferentes en lo que nos naturaliza
“Hay grandes porciones de la humanidad que siempre tratan de dañar a otras, o de arrebatarles algo, y siempre reinan el rencor y el desacuerdo, y si no reinan se preparan y están al acecho. Cuando no hay guerra hay su amenaza, y lo que podéis hacer los dotados es mantenerla en esa fase, en
Israel, tal vez el pueblo mal elegido. Aunque “muerto Dios”, solo cabe pensar que se eligieron a sí mismos, porque no siendo el único víctima de un terrorífico genocidio ¿por qué no elegir al hombre, verdugo y víctima de su depravación? Basta de egolatrías y exigencias que solo llevan a la autodestrucción.
Disponemos de un ápice, apenas, del vivir, ensombrecidos por la introyección de un paradigma inmensurable. No somos el despojo de lo idealizado, ni su encarnación, sino el humano tránsito de una naturaleza controvertida.
Acusados de delito o no, a todos nos pertenece la culpa –a unos mucho y a otros menos- del martirio proferido al humano, que expoliado de cualquier atisbo de dignidad se consume de hambre, miseria y atrocidad. Cierto que no todos cargan con la culpa, pues ahí se halla el grado de conciencia moral y
Sabemos que la ingenuidad derivada de la ignorancia es peligrosa, que la conciencia surgida del conocimiento puede ser perniciosa, que no hay posibilidad de estado intermedio entre la ignorar y el conocer. ¿Cómo reaccionar ante el infierno de esta humanidad que hemos gestado?
La muerte tiene un efecto abrumador en los que se quedan. Sienten la culpabilidad de haber faltado alguna vez al difunto y la necesidad expiatoria de halagarlo, como si los espíritus fueran a pasarles factura. Así, los homenajes son formas de aliviar la angustia de los vivos porque ensalzan la figura del fallecido y con
La generosidad es compartir con la convicción de que la propiedad es relativa. De igual manera, se comparte el tiempo: el júbilo y la desgracia, dándonos ciertos, de que si podemos, debemos por humanidad.
En los márgenes requeridos tiene lugar lo apropiado. No brota de una semilla un animal depravado, sino una planta destinada a ser fotosintética y sin capacidad locomotora. De igual manera, del contexto y las circunstancias deviene lo apropiado que, ahora sí, siendo animal de naturaleza flexible puede ser humano o contrahumano.