Mientras se desplaza suave y sigilosamente un oceánico silencio, yacemos sujetos a la exposición de lo siempre cautelosamente negado, por pudor, por inconsciencia o cobardía; sean cuales sean las causes de esta ausencia de lo genuino y propio -aunque quizás no apropiado- de esta mengua anuladora, necesitamos remojarnos en las aguas infinitas de ese mar
Etiqueta: Silencio
Hay silencios que se desbordan de tristeza porque irradian una vacuidad que desemboca en la soledad más siniestra. Aunque pudiéramos creer que de la nada no puede brotar un sentimiento de melancolía honda, tal vez, sea ese no sentir que algo en el interior nos pertenece la causa más recurrente de los que se sienten
Solo en el silencio murmuran los quejumbrosos gemidos de la orfandad de sentido. Acaso, sea el ruido la fuga más común de los que carecen incluso de conciencia del trágico desatino de existir. Neutralizando el estruendo aumentamos el riesgo de renunciar a ser, por ello entronizamos un sistema raudo, ligero y antídoto de cualquier atisbo
Si decimos, y es, en vano, tal vez economizar el lenguaje sería la estrategia pertinente. Porque la tonadilla cansina produce inmunidad ajena y propio desencanto. Wittgenstein recomienda: “Sobre lo que no se puede hablar, hay que callar”, y es que la locuacidad que brota del deseo de proteger no es más que un proferir palabras
La comunicación es inviable ante el silencio opaco de quien no desea ser interpelado.
El silencio es el eco de los que enmudecen.
Si reclamara olas suavemente acaecidas de silencio, tan solo rogaría sosiego y descanso, nunca la marcha de nadie que se halla en su propio lugar. Los humanos, tan ignorantes, debemos aprehender el misterio de conjugar la soledad ineludible y acompañar a los que amamos. Resulta aparentemente una contradicción, ese es justamente el misterio que se
El silencio nocturno musita las ausencias de los que ha seducido el sueño. Así, quien en vigilia siente ese susurro se siente protegido de mirada alguna, presente entre la ausencia que dormita, sosegado y seguro para ser quien es sin tapujos, ni consideraciones ajenas. Acaso los insomnes sean zombis escudriñando su cobijo en el mundo.
Retamos al silencio a que se rompa, como si fuese un ente propio que nos juzga, para que nos revele lo inefable, evidencia de nuestra parca lingüística.
Si la destreza lingüística no se exhibe con dignidad, será la ausencia de lo apropiado que exige el silencio como la expresión más meritoria.