Sobre los sueños he hablado en otros escritos. Constituyen, a mi juicio, una construcción simbólica cuyo contenido latente nos ayuda a comprender nuestras angustias, sufrimientos y, también goces. Los fragmentos recogidos de la obra citada de Ricardo Espinoza y Jorge Alemán serán en punto de anclaje y de vuelo de una nueva reflexión. En primer
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Los sueños son una manifestación sorprendente de lo que mantenemos oculto, fuera de nuestra conciencia, por resultarnos doloroso. Tal vez, no necesariamente tenga que ser siempre así, sin embargo, aquellos que pujan y afloran, cuando nos despertamos, provocándonos una diversidad de emociones desagradables suelen ser los más recurrentes. Los expertos dicen que siempre soñamos, otra
“Que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son” Si tomáramos estos versos clásicos de Calderón de La Barca, creeriamos que los sueños son un estado ente lo real y lo imaginado, o lo anhelado, que acaban frustrándose por falta de auténtica realidad. Sin embargo, lo onírico -y esto ha sido ampliamente investigado
Susurraba una letanía inaudible, mientras se desplazaba con esfuerzo serpenteando sin hallar lugar alguno. Sabía que era urgente trascender la situación en la que estaba incrustado, pero no podía dilucidar dirección ni sentido. Estaba semiconsciente, percibía su incapacidad de incorporarse como un homo erectus que era, mas ignoraba qué le había provocado esa impotencia y
Desde que Freud formulara que los sueños son una estrategia del ello para que se manifiesten las pulsiones de manera simbólica, por lo cual debía distinguirse entre el contenido explícito y el contenido latente del sueño, la interpretación de los sueños, incluso por parte de terapeutas y psicoanalistas, es la resultante de la capacidad intuitiva
Dormitaba sibilante como aspirando todo el oxígeno que había a su disposición. La apnea le asestaba azotes que provocaban un sueño superficial y un despertar súbito. A veces, al emerger de ese estado onírico, le burbujeaban imágenes insistentemente, que él identificaba como causas de ese malestar que le hostigaba siempre al despertar. Algunas eran cuerpos
El contenido inconsciente que, a menudo, aparece simbólicamente expresado a través de los sueños, nos muestra aquello que ciertamente corroe nuestra vida mental provocándonos un malestar indefinido. La dificultad reside en que su contenido explícito no es sencillo de descifrar para alcanzar ese significado latente, que es lo que puja por amanecer en la conciencia.
Reverberan nebulosas oníricas porfiando ser explícitas y transparentes, para ser miradas, tratadas, aprehendidas y nítidas. Sin embargo, una resistencia desmesurada obstruye ese resurgir que a gritos mudos brega, manteniéndolo entre la bruma, turbio y confuso para no conocer, lo que tal vez deba ser ignorado.
Nuestra consciencia lidia por sustentar un relato coherente que nos permita dormir. Y es, ese estado, precisamente el que boicotea todo el afán, sacudiendo las falsas raíces del decir premeditado. Los sueños, como representaciones espontáneas de la mente, constituyen la voladura de todo discurso ajeno a las profundidades del yo. El soñar es, a veces,
Hay quien sueña y sufre el síndrome del “atrapa sueños” en un sentido literal –obviando la magnífica canción de Maná- Pues se encuentra intentando con esfuerzo supino retener un contenido onírico, que se presentaba claro al despertar pero que conforme lo repiensa se tropieza confundido con una disolución progresiva de imágenes deshilachadas sin argumento. Algo





