Disponiendo de todo cuanto, de facto, hay, simulamos domeñar el mundo como si este no opusiera resistencia alguna. Pero este dolo, perpetrado y erigido bajo el supuesto de nuestra razón ilimitada, se desvanece ante el contraste empírico que nos desenmascara, mostrándonos como entes mediocres y sometidos –a su vez- al deseo egoísta y a la
Etiqueta: Falsedad
El Otro puede mutarse antagónicamente ante nuestra turbada mirada, oscilando peligrosamente de su ser benigno a una nebulosa impostura amenazante. Esta metamorfosis, a veces casi repentina, puede ser un delirio de nuestra mente atormentada o, aunque parezca extraño, ser el resultado fáctico de quien finge y olvida quién es ante cada otro con el que
A veces, cuando lo que consideramos verdad es indescifrable, mejor mantener un prudente silencio, no sea que el empeño de ser honestos nos lleve a faltar a lo genuinamente verdadero.