Etiqueta: consumo
Las generaciones que vienen -jóvenes, adolescentes, niños- están siendo educadas en una especie de empíreo falaz. Provocamos se crean el centro del mundo, como si a éste le importaran algo, cada vez que satisfacemos caprichos reiteradamente, les espetamos un “no” absolutamente licuado que se desvanece al cabo de un breve lapso. Por un lado, los
Una sociedad cuya economía de mercado se basa en la producción y el consumo se organiza alrededor de los individuos productores o consumidores. En su primera cualidad para explotarlos o que ellos se exploten a sí mismos, habiéndolos aleccionado de que no hay otras alternativas; en la segunda cualidad, como consumidor, para que necesite lo
Ayer hubo muchos niños que tuvieron el privilegio de confirmar que la magia existe. Que todos los regalos que recibieron era imposible que sus padres se los hubieran podido comprar nunca, y menos así, de sopetón. Que es los reyes magos no solo pasaron secretamente por sus casas, sino por la de sus abuelos, tíos,
El diagnóstico sobre la hipervelocidad o la prisa -como matiza Joan Carles Mèlich- de las sociedades actuales es ya un clásico, o sea que no aporta ninguna novedad. Es un aspecto consustancial al desarrollo del capitalismo del consumo desarrollado a la par con lo que se ha dado en llamar la postmodernidad, puesto sobre la
Revisión de un artículo de 2016 Cuando el objetivo de nuestras vidas es la felicidad, una ansiedad nociva se ha disparado en nuestro interior. La existencia, como misterio que vamos aprehendiendo por la experiencia, no admite fines ulteriores que exigirían una comprensión nuclear de su naturaleza. En la medida en que forzamos un sentido vital
Hace unos días me topé con una viñeta en las redes en la que un señor se lamentaba de que ya nadie leía, que ahora todos escribían. Me arrancó una carcajada espontánea porque entendí que, tras esa ironía, yacía una constatación bastante verosímil. Ciertamente, solo unos pocos selectos escritores viven de las obras que publican.
La culpa es para el hombre contemporáneo un estado psicológico provocado por la acción u omisión que genera un sentimiento de responsabilidad por un daño causado. Estamos, por lo tanto, desplazados de esa culpa de naturaleza teológica, por transgredir voluntariamente la Ley de Dios, que impregnó el carácter del hombre pre-moderno. Hoy, lidiamos con la
“A medida que se afirma el principio de soberanía personal sobre el cuerpo, el individuo confía su suerte a la acción de sustancias químicas que modifican su estados psicológicos ‘desde el exterior’, sin análisis ni trabajo subjetivo, ya que solo cuentan la eliminación inmediata de desarreglos (fatiga, insomnio, ansiedad), la mayor eficacia posible, el deseo
Hoy, día de los Inocentes para la cultura cristiana, debería ser un encumbramiento de los que auténticamente han padecido el mal sin merecerlo por gesto ni obra alguna. Pero, el vicio de tergiversar lo acontecido para ponerse al servicio del capital, lo ha transfigurado en una fiesta de mofa, burla y cinismo a costa del







