La fortaleza es directamente proporcional a la intensidad de la fragilidad de la que uno se ha hecho cargo. Implica se capaz de sentir, una y otra vez, esa vulnerabilidad sin la que no seríamos humanos, sin miedo, sin temblor, simplemente sintiéndola y acogiéndola como algo propio. Diría, incluso, que aquel que no se ha
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Vérselas de frente, cara a cara, sin esquivos ni requiebros con la propia fragilidad es un acto de humildad que realizamos por honestidad o, a veces, porque la realidad se impone crudamente. Sometidos como estamos a las inclemencias externas -sucesos, acciones ajenas…- no siempre disponemos de la capacidad de protegernos, reaccionar y evitarnos la erosión
La afirmación de que nuestros tiempos están sacudidos por una gran incertidumbre constituye, casi, parte de la sabiduría popular, ya que todos padecemos ese desasosiego. Quizás, lo que subyace a esta constatación es la sospecha de que nada benéfico nos espera, si el retorno a una cierta estabilidad depende de nosotros mismo, los humanos. Un
El término fragilidad etimológicamente significa cualidad del que se puede quebrar, en consecuencia, una serie de apelativos como debilidad, delicadeza, endeblez, flojera, flojedad. Así, considerar a alguien frágil debe fundamentarse en una biografía en la que esta persona no ha sido capaz de afrontar adversidades, de más o menos calado, y se ha quebrado. Por
IMAGEN: Alberto Giacometti Homme qui marche II [Hombre que camina II], 1960 Yeso 188,5 × 29,1 × 111,2 cm Fondation Giacometti, París Foto : Fondation Giacometti, París © Alberto Giacometti Estate / VEGAP, 2020 La expresión los signos de los tiempos se utiliza para destacar aquellos elementos que caracterizan un momento, una actualidad concreta. Así,
“Hasta que la muerte nos separe” es un desiderátum que nadie puede pronunciar con ninguna certeza. Sin embargo, la fórmula impuesta por la Iglesia Católica, que era hace años la forma mayoritaria de unión entre las parejas, obligaba a ambos miembros a reproducirla bien alto. Entiendo que, por suerte, hoy, las parejas se van a
Imagen: Patricia Monreal
A los que tenemos una cierta edad hoy, nos puede parecer que los jóvenes padecen una flojera funcional, poco capaces de afrontar adversidades habiendo crecido en condiciones más favorables que nosotros. Puede ser cierto que las condiciones en las que muchos jóvenes han sido educados hayan sido menos restrictivas, con más libertad, un nivel económico
Las generaciones que vienen -jóvenes, adolescentes, niños- están siendo educadas en una especie de empíreo falaz. Provocamos se crean el centro del mundo, como si a éste le importaran algo, cada vez que satisfacemos caprichos reiteradamente, les espetamos un “no” absolutamente licuado que se desvanece al cabo de un breve lapso. Por un lado, los









