Quien se fortifica deviene un individuo centrifugado en su ego y, probablemente, muy selectivo en el trato social. De entrada podríamos pensar que esta posición es una repulsión narcisista, que enalteciéndose a sí mismo desprecia lo otro. Pero, quizás erraríamos sin apercibirnos de que el narcisista precisa del reconocimiento ajeno para sustanciarse, motivo por el
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La escritura es la forma lingüística mediante la cual expresamos quimeras, angustias, desazones y una diversidad de inquietudes que rebuscan su plasmación estética; tal vez como una resolución catártica. Quien juzga a todo escritor que tiene la voluntad y el deseo de publicar como individuos narcisistas y egocéntricos que solo buscan la fama, ignora absolutamente
“(…) nuestro narcisismo en sí no es más que la conciencia de que nuestro componente subjetivo es nuestro punto de empalme objetivo. Por consiguiente, de toda metafísica que pretenda hacer coincidir el ”Ser” con “Dios” como principio de valor absoluto, puede decirse que no solo está condicionada narcisistamente en su manera de pensar, sino que
Todos podemos destilar arrogancia en un momento determinado, quizás a consecuencia de un absceso de narcisismo que se desborda al verse amenazado nuestro ego. Es humano y quizás una fallo súbito del sistema defensivo. Simultáneamente, podemos tomar contacto con lecturas que nos parezcan obvias, nada sugerentes y carentes de originalidad. Pero, y aquí se entenderá
Fotografiarse para el fin que sea, crea una distancia entre el cuerpo reproducido y el propio que puede generar complacencia o repulsa. La primera es hija del orgullo, la segunda de la decepción pero ambas narcisistas.
Quien no cabe en sí mismo, explota; frente a la mayoría que podríamos implosionar.
Quien se cree sabio nutre su ego de vanidad, quien observa semejante acto simbólico de antropofagia, bien se cuida de no ser fagocitado por la ceguera narcisista.
Las voces que solo enjuician devienen en el otro una triste figura del narcisismo patológico.
Te resguardas con más asiduidad en tu lecho, tu aliado y confidente. Él no guarda reproches oxidados, antes bien, es compasivo y ensalza la injusticia con la que te trató la vida. Fuera de él, el espejo de tu propia indiferencia y tu frialdad que ahora son las manos que te cuidan. Pero, a diferencia
La espiral de amenazas de guerra verbales y fácticas, mediante el lanzamiento de proyectiles o misiles –ciertamente mi ignorancia en este terreno la llevo con orgullo- lanzadas a países determinados, pero considerando las alianzas Internacionales, a la comunidad mundial es un acontecimiento sin precedentes desde la segunda guerra mundial. Cuando parecía que este tipo de