“La esperanza es lo último que se pierde” es una frase hecha[1], que se dice popularmente, cuyo contenido es paradójico. La utilizamos cuando no nos queda nada, y aún así queremos algo que nos consuele. Cumple, en este sentido, una función que elude la asunción de lo que hay, deseando algo que siempre esperamos porque
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Fuente de la imagen: https://www.conmishijos.com/actividades-para-ninos/cuentos/cuento-corto-de-la-caja-de-pandora-mitologia-griega-para-ninos/ Si desde los antiguos, por ejemplo, con Platón, los humanos han buscado comprender el mundo, es porque este no se muestra ni evidente como tal ni, excediendo lo epistemológico, tan soportable como desearíamos. Habitar un terreno árido, pleno de contiendas sin entender por qué y para qué ha constituido, quizás,
“(…) Pero incluso los pensamientos, por muy etéreos que parezcan, requieren un punto de apoyo, pues de lo contrario giran y giran en torno a sí mismos, en un torbellino sin sentido; tampoco ellos soportan la nada (…)” Stefan Zweig, Novela de ajedrez, Ed. Acantilado, Barcelona 2001 Fue Parménides quien constató de forma explícita que
Qué distancia reiterada, causa añeja de la nada interior, que rezuma el mismo agrio rumor exigiendo una entereza ajena, a quien más debilitado está. Qué burda repetición del pavor inapropiado por parte de quien debe sustentar y sostener al ya malogrado emocional. Sin reparación, ni sostén posible se amplía el vacío que desemboca en el
La nada, al sustantivarla, se torna en posible sujeto de acción: “La nada nadea” con su correspondiente verbo derivado -no aceptado por la RAE- Imaginarnos esa supuesta escena se asemeja a observar los intestinos retorciéndose enmarañados sin capacidad para hallar su lugar habitual. Algo casi escatológico que trasladado a al padecimiento mental debe ser insufrible.
Creer que ha de suceder algo favorable y deseado genera un estado de ánimo que denominamos esperanza. Esta funciona como motivo de acción y elude la desidia, ya que está ligada a un sentido que se considera real. Sin nada que esperar se disuelve la razón que nos mueve y restamos individuos ubicados frente al