Etiqueta: alteridad
No nos hunde el dolor, sino la falta de sentido de este. Sin un por qué o un para qué, el sufrimiento se nos hace intolerable. El héroe griego, el mártir cristiano actuaban en pro de un ideal, tenían un propósito por el cual sacrificarse y soportar las fatalidades del mundo y de los hombres.
El despecho es la reacción de quien se siente herido y humillado por el ninguneo ajeno. De este resentimiento visceral surge la imperiosa necesidad de aparentar indiferencia, a fin de evitar que el otro presione con su pie victorioso nuestra testa. Constituye un mecanismo de defensa para no sentirnos un deshecho ante la mirada ajena,
No escribimos por voluntad o, dicho de otra forma, cuando lo hacemos el resultado carece de alma, y esta debe palpitar en cualquier escrito, ya sea literario, filosófico, poético, …Sin ese espíritu que nos anima, que nos mueve a, que constituye el reflejo de un interior vivificador, ninguna palabra, ni texto escrito llega realmente a
Revisión de un altículo publicado en 2016 El reconocimiento de sí mismo se produce en la limitación del no-yo, en la distinción de lo que sustenta mi identidad y lo que la delimita. Ahora bien, sin duda estos límites mentales y corpóreos se establecen en una dialéctica entre el sí mismo y la alteridad que
Hay una cueva oculta, en un recodo cubierto de ramaje en el bosque, por donde ni los requiebros más sofisticados permiten el acceso a nadie ajeno, porque cualquier avispado que consiga aproximarse y tender la mano hacia el interior es expelido como una amenaza indeseable. Esta guarida se asemeja al foso interno de los desalojados,
La introspección, que es posible por la autoconciencia, es una condición necesaria para conocernos y reconocer la alteridad. Es, casi, un deber como humanos para no habitar una existencia banal.
La alteridad exige la impostura, porque nadie puede mostrarse ingenuamente sin disfraz, a menos que asuma el riesgo de ser vituperado y humillado.
No hay querer más elevado que dar la vida, por otras vidas; y hay una diversidad de maneras de poner la propia vida al servicio de los otros, a menudo monótona, cansina e imperceptible sin una mirada aguda. Pocos son capaces de ese gesto heroico, más usual es malgastar la existencia por abstracciones, metáforas y
La alteridad se opone a yo posibilitando la propia identidad, pero a la vez afirmando las carencias de ese yo identificado que, desde esa condición de ser limitado, necesitará interactuar con el otro, el cual a su vez será siempre un eco de la oposición primaria. El conflicto está servido.




