La impotencia no es la cualidad de los débiles sino la misma condición humana. Quien no delinea los límites de su poder no asume, tampoco, el horizonte de su posibilidad de decidir y hacer. Es, algo así, como si observáramos el hilo que, casi invisible a la vista, nos permite constatar los dos aspectos de
Etiqueta: condición humana
Esa soledad añeja que le había asolado de niño, esa en la que borboteaban lágrimas de desamparo y abandono, parecía retornar ahora, que el tiempo ya es más escaso. Por aquel entonces, creyó haber aprendido que no podía confiar en nadie, que debía protegerse él mismo, y que era fundamental que lo hiciera. Sin embargo,
Me fugo, pletórica en la fugacidad que nos/me acontece. Y no es que esté anunciando una huida, en el sentido ordinario del término, sino un deseo de seguir siendo transformación continua que ignora en qué sentido o hacia dónde va. Una transfiguración sin telos, sin propósito ni fin. Dinamismo de no ser nunca quietud como
Los humanos somos seres tan peculiares que nos damos miedo a nosotros mismos. Esto es posible por la conciencia y la autoconciencia, certeza de que existimos y de que existimos como singularidades irrepetibles. Esta rareza en la evolución de las especies es la que al mismo tiempo nos convierte en entes con potencialidades enormes para
La afirmación de que nuestros tiempos están sacudidos por una gran incertidumbre constituye, casi, parte de la sabiduría popular, ya que todos padecemos ese desasosiego. Quizás, lo que subyace a esta constatación es la sospecha de que nada benéfico nos espera, si el retorno a una cierta estabilidad depende de nosotros mismo, los humanos. Un
Cada uno de nosotros somos una construcción cultural a partir de una especificidad biológica que no podemos ni ignorar, ni desatender. Seres cuya corporalidad no incluye tan solo lo que biológicamente entenderíamos por cuerpo, sino esa inextricable construcción en la que, por ser cultural, es social y, por ende, los otros están en nosotros y
En la reflexión ética, aquella que rebusca en qué criterio nos basamos para calificar una acción como buena o mala, siempre resta la incertidumbre de hasta qué punto podemos llegar a identificar el mencionado fundamento. Cierto es que lo único empíricamente observable es la acción y el contexto en el que ésta se lleva a
Estamos como humanos, tal vez, al borde de un abismo que se ramifica y que puede provocar diferentes “caídas”. Éstas señalan las direcciones en las que nos vamos distanciando de nuestra condición y que, por otra parte, son inherentes a ella. Es como si lleváramos inscrito el nihilismo en nuestro destino, y por avaricia, arrogancia
Hemos ido caminando por una ladera agreste y escarpada, ya que toda comprensión es perspectiva o «ladera» propia, y, desafiando a Sísifo, nos hemos mantenido estables en un cierto nivel de la subida, con retrocesos y avances, pero equilibrados. Con una carga pesada que yo llevaba en la espalda y tú aguantabas. Lastre más liviano
Tal vez, cuanto sucede en el mundo nos sobrepasa, formándose una red caótica de disparidades, fenómenos aislados que somos incapaces de interconectar. Sin posibilidad de establecer un cierto hilo conductor que dé cuenta del acontecer, somos como zombis que deambulan buscando quiénes eran y quiénes son ahora. Podemos admitir que no hay conceptualización que no









