“Salir del armario” es una expresión despectiva que se ha utilizado durante demasiados años en este país. Lo paradójico es que ahora son otros los que ocupan esos armarios, quizás porque no existe en lugar alguno un auténtico sentido del uso de la libertad.
Etiqueta: libertad
Cuando los dedos de las manos se asemejan a gusanos que culebrean desnortados y no hay casi margen de dominio sobre ese movimiento caprichoso, empezamos a alertarnos respecto de cuántos gestos realizamos sin intervención de nuestra voluntad, por aleteo azaroso de conexiones neuronales externamente moldeadas. Si es así, ¿dónde reside la libertad?
La libertad, ese latido latente que sustenta la esperanza de no desintegrarnos.
Desconfío de aquellos que han luchado por la libertad y, llegado el momento de ser ejemplares, pretenden imponerla. Siendo la libertad política un marco legal de elección autónoma, y no una asimilación de la ideología de los libertadores, no cabe otra manera de conquistarla que aceptando la diversidad de pensamientos y obras.
En los márgenes requeridos tiene lugar lo apropiado. No brota de una semilla un animal depravado, sino una planta destinada a ser fotosintética y sin capacidad locomotora. De igual manera, del contexto y las circunstancias deviene lo apropiado que, ahora sí, siendo animal de naturaleza flexible puede ser humano o contrahumano.
Nadie debería escupir por boca de otro, ni por la boca de otro.