Ser prudentes no es solo una virtud, sino una exigencia adaptativa consistente en preservar un cierto grado de sospecha vital. Porque quien tantea lo que le rodea, para ponderar lo que sucede, debe poseer la habilidad de dudar de lo verosímil y ejercer un intenso escrutinio sobre lo que se muestra diáfano. Esta perspicacia previene
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No hay infinitos que, por con siguiente, nos sofoquen, ni asimismo que se extiendan hacia confines imaginarios. Aquello relativo a la vida es, como ella, finitud; para el bien que nos libera de lo opresivo y para el mal que cercena perspectivas halagadoras. No poseer la eternidad es la certeza de que nada reincide indefinidamente,
“El mal nos desvela la sustancia demoníaca del tiempo; el bien, el potencial de eternidad del devenir. El mal es abandono; el bien, un cálculo inspirado. Nadie conoce la diferencia racional existente entre uno y otro. Pero todos sentimos el doloroso calor del mal y la frialdad extática del bien.” Cioran, El ocaso del pensamiento
El egoísmo es fuerte y radical. Pero la acogida, la vigilia y velar por el otro lo son aún más. El « ¿De verdad?» está vinculado a una «revelación» y a una certeza: la de que a pesar de que el mal es muy radical, el bien aún lo es más; la de que el mundo humano se sostiene por la bondad JM.Esquirol: La penúltima bondad. Ensayo sobre la vida humana.Ed.
La afición a la novela negra podría significar, en términos freudianos, la sublimación de nuestras pulsiones, de naturaleza inconsciente, o bien el reencuentro con héroes mediocres que consiguen resolver los casos turbios que se les platean. De cualquier manera constituye una forma de ocio que responde a necesidades nítidamente humanas y que desvelan, a su
La línea imaginaria que nos ayuda a discernir entre el bien y el mal es difusa, cambiante, discontinua. Aunque en ocasiones se muestra absolutamente diáfana e indiscutible: ningún niño debe sufrir maltrato ni morir de hambre, sea cual sea su origen o su pueblo. Aquí, esa línea es una exigencia que ojalá pudiese ser reconocida
“Una virtud tiene que ser invención nuestra, personalísima defensa y necesidad nuestra: en otro sentido es meramente un peligro. Lo que no es condición de nuestra vida la daña: una virtud practicada meramente por un sentimiento de respecto al concepto de “virtud”, tal como Kant lo quería» Nietzsche, El anticristo El fragmento está obviamente sesgando
Decaemos en el umbral de nuestras miserias, cuando su reconocimiento nos muestra quiénes hemos llegado a ser tras tanto bregar por la vida. Y no es, como pudiera parecer, lamento alguno, sino constatación y conciencia de nuestra profunda humanidad, esa que nos trasciende y nos degrada alternativamente. Esa naturaleza sin parangón, que pese a quien
Si todo es perfectible, la perfección es un infinito hacia el que tiende la naturaleza de las cosas, lo cual desde una perspectiva ontológica sería como reconocer que el ser no es nunca plenamente lo que es, que la realidad es dinámica, que Platón se equivocó y que Heráclito fue el gran sabio al que